Esta bella ciudad, junto al río Sinú, se complace en
abrir sus puertas a los turistas. Los extranjeros han tenido cabida siempre en
su territorio, como lo demuestran majestuosas edificaciones donde ellos dejaron
su huella. Pobladores de origen e inmigrantes sirio-libaneses atraídos por
estas ricas y prósperas tierras impusieron un sello único en maravillosas y
bellas casas que se han mantenido a través de los años.
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